El asma es
una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada
por vías respiratorias hiperreactivas (es decir, un incremento en la respuesta
broncoconstrictora del árbol bronquial). Las vías respiratorias más finas
disminuyen ocasional y reversiblemente por contraerse su musculatura lisa o
por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad, por lo
general en respuesta a uno o más factores desencadenantes como la
exposición a un medio ambiente inadecuado (frío, húmedo o alergénico), el
ejercicio o esfuerzo en pacientes hiper-reactivos, o el estrés emocional. En
los niños los desencadenantes más frecuentes son las enfermedades comunes como
aquellas que causan el resfriado común.
Ese
estrechamiento causa obstrucción y por lo tanto dificultad para pasar el aire
que es en gran parte reversible, a diferencia de la bronquitis crónica donde
hay escasa reversibilidad. Cuando los síntomas del asma empeoran, se produce
una crisis de asma. Por lo general son crisis respiratorias de corta duración,
aunque puede haber períodos con ataques asmáticos diarios que pueden persistir
por varias semanas. En una crisis grave, las vías respiratorias pueden cerrarse
tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno. En esos casos, la
crisis asmática puede provocar la muerte.
El asma
provoca síntomas tales como respiración sibilante, falta de aire (polipnea
y taquipnea), opresión en el pecho y tos improductiva durante la noche o
temprano en la mañana. Entre las exacerbaciones se intercalan períodos
asintomáticos donde la mayoría de los pacientes se sienten bien, pero pueden
tener síntomas leves, como permanecer sin aliento -después de hacer ejercicio-
durante períodos más largos de tiempo que un individuo no afectado, que se
recupera antes. Los síntomas del asma, que pueden variar desde algo leve hasta
poner en peligro la vida, normalmente pueden ser controlados con una
combinación de fármacos y cambios ambientales pues la constricción de las vías
aéreas suele responder bien a los modernos broncodilatadores.
CLASIFICACIÓN
Asma
producido por esfuerzo. Entre 40% y 80% de la población asmática infantil,
presenta broncoconstricción durante el ejercicio, de breve duración.
Asma
nocturna. Es otra presentación, más frecuente en pacientes mal controlados cuya
mortalidad (70%) alcanza pico en la madrugada.
Asma
ocupacional
Asma alérgica
Asma
estacional
Asma
inestable o caótica
Basada en los
patrones de obstrucción bronquial medida a través de aparatos de registro
tipo flujometría o espirometría:
Asma
intermitente: el síntoma aparece menos de una vez por semanas con síntomas
nocturnos menos de 2 veces cada mes. Las exacerbaciones tienden a ser breves y
entre una crisis y la próxima, el paciente está asintomático. En las pruebas de
respiración pulmonar, la PEF o FEV1 son mayores de 80%
Asma
persistente: tiene tres variedades, la persistente leve con síntomas más de una
vez por semana y PEF o FEV1 >80%, la persistente moderada con síntomas
diarios y PEF o FEV1 entre 50%-80% y la persistente grave con síntomas
continuos.
Como
fundamento en los niveles de control del paciente ya diagnosticado con asma:
Controlado:
sin síntomas diarios o nocturnos, no necesita medicamentos de rescate, sin
exacerbaciones y un PEF normal.
Parcialmente
controlado: síntomas diurnos o más de dos veces por semana, algún síntoma
nocturno, a menudo amerita uso de medicamento de rescate > de 2 veces por
semana, con 1 o más crisis por año.
No
controlado: 3 o más características del asma, con exacerbaciones semanales.
SINTOMAS
Durante las
crisis asmáticas la mucosa bronquial que recubre los conductos respiratorios se
inflama y se produce un moco espeso que obstruye los conductos de las vías
aéreas. Como consecuencia, los músculos que rodean estos conductos se contraen
y estrechan disminuyendo su diámetro, impiden el paso del aire y complican la
respiración. Las características básicas de la enfermedad son las siguientes:
Inflamación: Aumenta la sensibilidad bronquial y la obstrucción. En ocasiones
su origen es alérgico. Produce un incremento de las secreciones y la
contracción de la musculatura bronquial.
Aumento de la
sensibilidad bronquial: Tras la exposición a diversos estímulos (humos, gases,
olores, aire frío o ejercicio), los bronquios de los asmáticos se contraen
produciendo el estrechamiento de la vía aérea.
Obstrucción
bronquial: Es variable y reversible de manera espontánea o con tratamiento.
Durante las crisis el aire circula con dificultad produciendo pitidos y
sensación de fatiga o ahogo. En el momento en el que la crisis se resuelve el
aire puede moverse normalmente por los bronquios y desaparecen los síntomas.
TIPOS DE ASMA
Existen
diferentes clasificaciones del asma. En cuanto a su origen se puede dividir en
asma intrínseca y asma extrínseca o alérgica. El origen del asma intrínseca es
desconocido y se detecta con mayor frecuencia en la edad adulta. Tiene un peor
pronóstico que el de carácter alérgico y tiende a cronificarse. El asma
extrínseca, por su parte, consiste en una reacción antígeno-anticuerpo que
desencadena el proceso. Afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, se
caracteriza por ataques reversibles y breves de broncoespasmos con silbidos y
dificultad respiratoria, y se controla con un tratamiento adecuado.
La alergia es
una alteración del mecanismo de defensa del organismo que consiste en una
reacción exagerada, por medio de un anticuerpo especial (inmunoglobulina E),
contra sustancias que, en principio, no son nocivas (pólenes, ácaros,
epitelios, alimentos o medicamentos). Cuando estos anticuerpos, que se
encuentran fijados en determinadas células, se unen a los alergenos, se produce
la liberación de ciertas sustancias que, directamente o a través de otras
células, provocan la inflamación del órgano donde se asientan (bronquios,
nariz, ojos o piel). Existe una predisposición heredada para padecer alergia pero
la exposición a los alergenos es necesaria para desarrollar la enfermedad.
El asma
también se puede clasificar como leve, moderada o grave, según la frecuencia e
intensidad de los síntomas, la manera en la que repercute en la actividad
cotidiana y el grado de obstrucción bronquial. El asma leve se puede controlar
mediante tratamiento farmacológico y no suele alterar la vida cotidiana de los
enfermos; el asma moderada requiere tratamientos más severos e interfiere con
las actividades diarias de los pacientes; y el asma grave exige un control
continuo y puede poner en peligro la vida de las personas que la sufren.
http://es.wikipedia.org/wiki/Asma
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000141.htm
http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/009_GPC_Asmamenor18a/SS_009_08_EyR.pdf
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